La gestión de riesgos es más que una especialidad profesional; es un instinto humano básico. Cada día, evaluamos de forma natural y tratamos de minimizar el peligro para nosotros mismos y para los demás en una serie de situaciones: cruzar la calle, comprar una casa, abrir un correo electrónico de una fuente desconocida.
Aunque los profesionales del riesgo conocen bien los principios básicos de la gestión de riesgos, no son los únicos que se basan en ellos en su pensamiento y toma de decisiones cotidianos. Una revisión periódica de estos principios de probada eficacia puede reforzar y refrescar tanto a los profesionales del sector como a los legos en la materia.
El proceso en 5 etapas
1. Identificación de riesgos: Esto es exactamente lo que parece: ¿Qué riesgos se presentan para mí, mi organización, mis clientes, etc., en el escenario que tengo delante?
2. Análisis de riesgos: Esta etapa consiste en recopilar datos y considerar el significado de los puntos de datos a lo largo de un periodo de tiempo. El análisis de los riesgos identificados nos lleva a preguntarnos: ¿Con qué frecuencia podría ocurrir este acontecimiento adverso (frecuencia)? Y si ocurre, ¿cuál es la peor forma en que podría resultar (gravedad)?
3. Control del riesgo: El riesgo rara vez puede evitarse por completo, pero es una oportunidad para aplicar soluciones que contribuyan a evitarlo, prevenirlo (frecuencia) y reducirlo (gravedad).
4. Financiación del riesgo: Se trata de la economía del riesgo. Es una forma de cubrir cualquier pérdida financiera que las técnicas de control de riesgos aplicadas no hayan evitado que se produzca.
5. Gestión de siniestros: Cuando se produce un siniestro, puede presentarse una reclamación para recuperar los daños. Mientras que la financiación del riesgo consiste en gestionar el impacto financiero, las reclamaciones consisten en gestionar el daño causado.
Donde la gestión de riesgos se encuentra con la carretera
Un ejemplo cotidiano puede ser útil para ilustrar estos pasos, de modo que pueda aplicarlos fácilmente a problemas y situaciones del mundo real. Piensa en montar o conducir un coche...
1. Identificación de riesgos: Puede identificar el riesgo de tener un accidente debido a un mal mantenimiento del coche, a no mantener gasolina en el depósito, al exceso de velocidad o a conducir bajo los efectos del alcohol. Otro riesgo identificado puede ser la posibilidad de dañar la propiedad, ya sea el propio coche o la propiedad de alguien. También existe el riesgo de sufrir pérdidas económicas si no se dispone de un seguro de responsabilidad civil adecuado o si el conductor recibe una multa por exceso de velocidad.
2. Análisis de riesgos: Se podrían plantear varios escenarios hipotéticos para identificar la posible frecuencia y gravedad de los sucesos. El peor resultado posible sería la pérdida de una vida. Un análisis adicional podría determinar que el riesgo de sufrir un accidente de tráfico es bajo porque el conductor nunca circula por la autopista o sólo lo hace con buen tiempo y de día, en carreteras con límites de velocidad bajos, en un coche en buen estado, etc.
3. Control de riesgos: Podrías seguir los programas de mantenimiento e inspección, mantener aire en los neumáticos y gasolina en el depósito, y cumplir todas las leyes de circulación. La reducción del riesgo (disminuir la gravedad de un siniestro ya ocurrido) podría consistir en asegurarse de que los daños causados al vehículo de otra persona se reparan rápidamente, de modo que el tiempo que esa persona esté sin coche sea limitado. Si realmente quisieras minimizar el riesgo, podrías evitarlo no teniendo coche ni viajando en él; aunque, en realidad, sigue existiendo un riesgo mínimo, ya que podrías ser atropellado por un coche como peatón o sufrir lesiones mientras utilizas el transporte público.
4. Financiación del riesgo: Incluso con todo el mantenimiento adecuado y siguiendo unas pautas de conducción segura, puede ocurrir un accidente. Al tener un seguro de automóvil adecuado, la compañía de seguros genera fondos para pagar cualquier daño que sufra el coche.
5. Gestión de siniestros: Si se produce un accidente, puede presentarse una reclamación a la compañía de seguros del conductor culpable para recuperar los daños ocurridos. Si el conductor culpable no estaba asegurado, puede ser necesario emprender otra acción para responsabilizarle personalmente de los daños.
Indemnización de los trabajadores: más gestión de riesgos en acción
Imagínese que accede a un nuevo puesto como gestor de riesgos, con responsabilidad sobre el programa de indemnización por accidentes de trabajo de la organización. Basándose en su familiaridad con los cinco principios básicos de la gestión de riesgos, su plan de acción podría parecerse a esto:
1. Identificación de riesgos: Considere los tipos de trabajos que realizan los empleados y dónde trabajan. ¿Levantan objetos, manejan maquinaria pesada, utilizan objetos punzantes para atender a los pacientes, talan árboles, vuelan en aviones o están sentados en escritorios? ¿A qué peligros pueden estar expuestos en su entorno laboral diario?
2. 2. Análisis de riesgos: Recopilar todos los datos históricos relevantes y recientes sobre accidentes de trabajo que estén disponibles en el corredor de la organización, el administrador de reclamaciones de terceros (TPA) y los registros internos. Examine el historial de siniestros por ocupación, tipo y frecuencia de lesiones, causa principal y otros factores. Averigüe qué tipos de incidentes laborales se producen con más frecuencia y las posibles exposiciones.
3. Control de riesgos: Examine lo que la organización tiene actualmente en marcha para evitar, prevenir y reducir las enfermedades y lesiones de los empleados. Esto puede incluir desde el control de pérdidas hasta los programas de seguridad. A continuación, hay que priorizar y aplicar soluciones eficaces para colmar las lagunas.
4. Financiación del riesgo: Determinar la estructura financiera óptima para el programa de indemnización de los trabajadores de la organización. ¿Les conviene el autoseguro o sería mejor transferir parte del riesgo a una aseguradora? Trabaje con un corredor experimentado para obtener orientación profesional.
5. Gestión de reclamaciones: Desarrollar un programa que garantice que los empleados perjudicados en el trabajo reciban una indemnización adecuada y una atención y apoyo rentables y de alta calidad para lograr la máxima recuperación y reanudar la productividad. Considere cómo la organización y sus empleados podrían beneficiarse de asociarse con un TPA en la administración de sus reclamaciones de indemnización por accidentes laborales.
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